Julio Barrera

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Julio Barrera.


Estudiante de VIII semestre de cine y televisión de la Universitaria Agustiniana.
Director y guionista, se encuentra trabajando en la pos producción de su cuarto cortometraje, una fotonovela de género negro llamada El Razonamiento de la Acción.











Fresas Salvajes
De Ingmar Bergman. 


Fresas salvajes o Fresas Silvestres, cómo se traduciría textualmente, es una reflexión sobre el valor del pasado en el hombre y cómo este transforma su vida a diario.

Al no tener la capacidad de poder cambiar nuestro pasado, intentamos que los otros no cometan los errores que nosotros cometimos, pero acaso si los otros no los cometieran, así estos sean nuestros hijos, ¿no sería no haber perdido la oportunidad de recorrer nuestra propia vida, con sus bemoles incluidos?

Fresas salvajes, nos hace reflexionar, sobre el valor de los errores, porque aún con ellos sobre nuestras espaldas, podemos llegar a ser catedráticos, y tal vez lo más importante no sea el arrepentirse de haberlos negado, sino el aceptarlos, y así quitar un poco de carga en los seres que amamos (que querámoslo o no, cómo en el caso del profesor y su hijo),  quienes son producto de nuestros aciertos y errores. Hijos tan imperfectos cómo sus padres, pero llenos al mismo tiempo de sentimientos encontrados y virtudes.

¿Pero qué es una fresa salvaje?
¿No será un recuerdo perdido en nuestra memoria, cómo cuando un olor nos hace viajar al pasado, o cuando vemos a un amigo después de mucho tiempo con el que por algunos momentos viajamos al pasado y recorremos vivencias que nuestra memoria nos trae a colación o tal vez inventa? “Recordar es crear” dice Giles Deleuz.

En fresas Salvajes, que importa que el recuerdo sea verdad o mentira, es solo un viaje por el tiempo, por las vivencias de un hombre a puertas de recibir el premio que reconoce su vida cómo gran investigador, hombre útil y piadoso de la humanidad, aunque contradictoriamente sea frío y miedoso ante sus seres queridos.

Tal vez por esto Isak Borg en su viaja por la carretera, cómo si se tratara de la más absurda roadmovie, extrañamente atraviesa el futuro y el pasado explorando el valor de sus errores, y el valor de aceptarlos, que es lo único que puede hacer un anciano a puertas de la dulce muerte.




Notas de Dirección.

¿Cómo enfrentar un pequeño análisis de la dirección de Ingmar Bergman de Fresas Salvajes? Estamos ante una de las películas más populares de uno de los directores más importantes en la historia. Se ha escrito tanto de está película que es sumamente complicado enfrentar qué decir ante esta importante cinta. Trataré de enfrentarme con mis criterios, así estos sean inocentes.

Podríamos decir que Fresas Salvajes es una de las Roadmovies más originales que existan, porque es más que un viaje de carretera, es  un viaje por el pasado de un personaje. Para esto Bergman se vale de sueños, de remembranzas, y nos hace pensar que el pasado tal vez es una invención. Pero también viajamos por el futuro, un futuro que nos muestran aquellos personajes jóvenes que empiezan a vivir, o esa pareja que es la repetición, cómo el eterno retorno de Nietzsche, de la relación del personaje principal con su mujer y también de lo que puede llegar a ser la relación de la nuera del protagonista con su hijo.

Bergman se vale de los elementos más sencillos para hacernos viajar por muchas direcciones en el tiempo. Y es extraño, tal vez por eso el pasado es una ficción, pero las actuaciones pesadas y muy teatrales de los recuerdos del protagonista, contrastan con la fuerza y crueldad del presente representado por el hijo de este. Recordemos que Bergman antes que director de cine, fue un gran director de teatro.

Bergman nos hace viajar con tal habilidad que nos sentimos aturdidos, impactados por un sueño salvaje que tiene un viejo sobre su muerte. Y nos sorprende, porque aquellos sueños extrañamente se acercan horriblemente a nuestras pesadillas, en las que el peor monstruo somos nosotros mismos. Tal vez, de ancianos entendamos aún más esta cinta, y nos preguntemos cómo es posible que un director tan joven entienda el paso del tiempo. Tal vez en cambio pensemos que es una gran tontería. Por lo pronto, Bergman me impresiona… y por ahora no quiero viajar en el tiempo.


También Los Enanos Empezaron Pequeños
De Werner Herzog. 

No sólo los enanos empezaron pequeños, también las sociedades empezaron pequeñas, incluso las grandes sociedades cómo la que conforman los pueblos germanos.  Esta película fue exhibida en 1970, época singular ¿Acaso a finales de los años 60’s, no vivíamos una época de revueltas, de personas que querían cambiar el mundo?

La contracultura hacía explosión en el mundo entero, Mayo del 68 había recién ocurrido. Y muchas otras cosas pasaban en medio de unas sociedades ya maduras, ya consolidadas, y a la vez, carentes de sueños, carentes de invención, carentes de un espíritu vital que poco a poco fue sacudido por sus integrantes más jóvenes, quienes querían inventar de nuevo, quienes querían crecer, querían hacer parte creativa de la sociedad, aun cuando esto significara revelarse contra todo: padres, estado, valores. TODO.

 En esta cinta vemos cómo los más pequeños se revelan, y se revelan de verdad; lo hacen a su modo, con humor, un humor grotesco, sí, pero al fin y al cabo es el humor de un enano, de un occidental con pocas oportunidades. El sueño de realización en occidente es un sueño para el ario rubio. Para el blanco perfecto.

Pero hay más ¿Acaso en ese momento Cuba no era una sociedad pequeña que se levantaba contra todo? Bueno, todo levantamiento es romántico, toda revolución lleva en su interior el sueño de un poeta (tal vez el Ché es el más grande poeta de Latinoamérica…), aún cuando algunas revoluciones cómo en Camboya, sean tan crueles y asesinas cómo el estado más totalitario, Aún cuando toda revolución se traicione a sí misma y termine suplantando trágicamente todo por lo que luchó.

Pero revelarse es válido, revelarse para luego inventar los mismos cánones de antes, igual que nuestros enanos, quienes volverán, tarde o temprano a cometer los mismos errores. Que le hacemos, así son nuestras sociedades, y retratarlas cómo sociedades enanas es la broma más negra posible.


Análisis de Dirección:

Herzog es un tipo raro, o por lo menos es un tipo al que le gustan mucho las rarezas. Si acaso en “También Los Enanos Empezaron Pequeños”, la cosa se ve  rara y grotesca, revisando tan sólo algunos de los personajes que ha desarrollado en su filmografía cómo Fitzcarraldo, Cobra Verde o Nosfeatu, o algunos de los que ha interpretado cómo el padre en Julien Donkey-Boy de Harmony Korine, tal vez ya no nos extrañe ver una rebelión de enanos tan pintoresca que pareciera un pequeño circo.

Herzog ama las rarezas, tal vez por eso quería tanto a Klaus Kinski. Todo su obra está en pos de demostrar que lo que nos parece raro, no lo es tanto, lo raro es no aceptarlo. Sus personajes, están desgarrados por dentro y luchan contra imposibles, que similar la lucha de estos enanos con la lucha de Fitzcarraldo por transportar un barco en plena selva amazónica para construir una ópera en Iquitos. Herzog debe ser un tipo raro, porque su cine es muy extraño. Lo mejor es verlo con otros ojos, dejar a un lado los prejuicios y los cánones estéticos normales, porque este señor nos los puede voltear, si no que no lo demuestre ese demoniaco enano que ríe cómo un enfermo al final de esta cinta.


Buda Explotó Por Vergüenza.
De Hana Makhmalbaf.



El 9 de marzo de 2001, las milicias talibanes que controlaban Afganistán por aquellos años, dinamitaron la figura de buda más grande, que había sido construida hace mil quinientos años. Con este hecho inicia “Buda Explotó Por Vergüenza” cinta de la directora Hana Makhmalbaf.
La película nos cuenta la historia de una niña en búsqueda de educación en un país que pareciera estar estancado en el Medioevo; dominado por hombres que tan sólo piensan en la guerra y en la que la mujer es tan sólo un objeto sin el más mínimo derecho.
Este film, nos muestra cómo es la vida en un país llevado a los extremismos por el peso de la religión y la guerra. Puede ser considerada una película en la que todo espectador occidental ve referencias casi cómicas de los influjos culturales que occidente a llevado a este país y que ahora lo tienen en un estado crítico, en donde poco importa la individualidad del ser humano o su derecho a la realización, ya que todo esto está suprimido por los dogmas religiosos y políticos.
A lo largo del filme, acompañamos a una niña en búsqueda de educación en un país en donde esto no tiene la menor importancia para la vida de las mujeres, ya que estas están siendo suprimidas en su calidad de seres con derechos.
Si reflexionamos sobre el nombre de la cinta, podremos tomar diferentes puntos para analizar el resto de la misma. ¿Por qué explotó Buda? ¿Fue acaso porque lo dinamitaron? Tal vez no. Tal vez fue porque no soportó en su alta vista, ver cómo la violencia se tomó un país y lo llevó hasta tal grado de locura, que los juegos infantiles son juegos de guerra, juegos en los que la dignidad humana está suprimida, porque de echo, los adultos la han suprimido. Tal vez explotó al no soportar la visión de un país llevado al extremismo, en el que el único camino de vida es la guerra.
Por lo tanto, que importa si acaso los talibanes explotaron o no a Buda, ya que él, en su gran sabiduría , fue el que explotó, dado que los seres humanos no son más que pequeñas hormigas que no tienen control ni razón en lo que hacen.
Buda Explotó Por Vergüenza, no es más que la reflexión ante occidente (¿Será posible que este film haya sido visto en Afganistán?) de el horror al que se ha llevado un país que fue tierra de combate entre EE.UU. y la U.R.S.S. en los años 80’s, refugio de una de las milicias más extremistas de la actualidad, actual mayor productor de heroína del mundo, y uno de los países en más retrasados. Tal vez porque occidente es uno de los grandes culpables del estado de este país, y de la falta de dignidad que enfrentan sus habitantes, malformados desde niños en el terrible arte de la guerra.


Análisis de la puesta en escena.

Me pregunto, ¿Cómo habrá hecho una niña de 20 años para poner en escena a estos niños con tal naturalidad? La cosa es bastante singular. La apuesta que ha hecho Hana Makhmalbaf, es una apuesta por la naturalidad, por mostrar en su mayor rudeza el drama que las mujeres sufren en Afganistán. Para ello, ¿qué mejores actores que unos niños? Ya sabemos que ellos se lo toman todo a juego, y el juego de la guerra en ese país es ampliamente difundido. Por lo tanto, el que lo hagan unos niños es más duro aún.
El carácter de ficción en este trabajo está realmente muy poco delimitado con el documental, esto gracias al uso de espacios y actores naturales, no de creaciones, sino de modelos. Esto se refuerza con las imágenes de archivo de la explosión del Buda milenario a que acompañó a los afganos hasta que su propia locura lo destruyó.
Finalmente, todo esto en servicio de enseñar la locura de los niños que luego serán hombres, aquellos hombres asesinos e ignorantes, y aquellas mujeres suprimidas y también ignorantes.



La Lámpara.
De Roman Polanski


En este cortometraje realizado en 1958, Polanski nos muestra un poco en una habitación la vida de unas muñecas que son suprimidas por las máquinas. Si miramos un poco la vida de Polanski, quien en la segunda guerra mundial perdió a toda su familia a manos de los nazis en campos de concentración, vemos que este corto tiene directa relación con su vida.

Estás muñecas son comparables a los judíos que fueron asesinados y quemados en el transcurso de la guerra mientras la mitad de la población polaca hacía cómo si no ocurriera nada. 

al final de este corto vemos cómo en una casa de muñecas, todos los muñecos son quemados. En el plano final vemos cómo en la calle reina la tranquilidad, una tranquilidad tensa e hipócrita que esconde la gran conflagración que ocurre en el pequeño taller.

Que reflexión tan fuerte la que hace Polanski alrededor del nacismo, alrededor del silencio de tantos Polacos frente a este terrible hecho que tanta vergüenza causa en la memoria de los europeos.


Notas de dirección.

Polanski es un tipo acido, un tipo que muestra en cada una de sus cintas cosas bastante desagradables, cosas de las que no queremos hablar y mucho menos ver. Este cortometraje que explora de manera simbólica el daño que causó la indiferencia ante el nacismo en su vida, es uno de los primeros intentos que realizó Polanski alrededor de lo que no se puede ni debe contar. Muchos años después retomó este tema en El Pianista. Aquí Polanski creo que quería gritar, decir que le enfurecía  el silencio de tantas personas, y para ello se valió del simbolismo de unos muñecos que no hablan, que tan solo miran con sus terroríficos ojos, igual que los judíos polacos en años de la segunda guerra mundial, como eran quemados, como hicieron con ellos lo que quisieron, como los trataron cómo simples muñecos sin valor.






PICKPOCKET.
De Robert Bresson.


Por dónde se le mire, Pickpocket es una obra maestra, una cinta que habla de el estado humano sin juzgarlo, utilizando las técnicas cinematográficas más sorprendentes y sencillas a las que puede llegar un director tan genial cómo fue Bresson.

Es tan rica esta cinta, que hablar de ella se hace difícil por la multiplicidad de visiones que se puedan tener.

Podríamos hablar de su montaje, en el cual se explora el desglose del movimiento, cómo en las escenas de robo en la estación del metro. O tal vez podríamos hablar del uso de la voz en off, cuantas veces no dice lo evidente, y cuantas veces matiza la imagen. Y por qué no hablar de la precisión de cada una de las escenas; "Controlar la precisión . Ser yo mismo un instrumento de la precisión", decía Bresson. O podríamos hablar de la dirección de actores, tan singular, tan antiteatral, "Modelo. TODO CARA".

Hay tanto por decir del maestro Bresson, y tal vez es lo último que hay que hacer. Lo mejor sería aprender de sus películas, de sus libros y aplicar lo que más nos interese en nuestras producciones. Ser cine en vez de analizarlo, porque siento que con Bresson no hay más que hacer, su cine me hace vivir el cine.

Notas de dirección.

Bressón es un ejemplo cómo director. En pickpocket desarrolla todo su potencial. Los actores, están trabajados más cómo modelos, personajes que esconden todo para así ser descubiertos por el espectador y no delatados por sí mismos. Bresson cree que el cine a diferencia del teatro se mira de afuera a adentro. Para ello pone en escena un juego de precisión que desarrolla desde la escritura hasta la edición. 

Cada escena está calculada, pensada para que sea efectiva, pero para que además se atraigan unas a otras. Cada plano es un mundo en si mismo, en donde no sólo lo que vemos llena la imagen, también lo que escuchamos y lo que no es evidente, lo que esconde cada rostro, la ciudad que se escucha pero no se ve. 

Y sumémosle a todo esto el hecho de la elección musical de un Bach que nos refuerza el sentir de la debilidad de un personaje al que Bresson no juzga, tan solo lo enseña cómo es, un ser lleno de defectos pero con un extraño sentido de vida, un ser cómo cualquiera de nosotros.

Qué más se puede decir de Bresson. Es insultante sentir que no se equivoca en nada, o en casi nada, por no exagerar, aun cuando no creo que sea así.




Fight Club
De David Fincher.

Soy una persona amoral. No creo que el mundo se divida en personajes buenos y malos. Creo sinceramente que hasta el peor de los asesinos tiene una razón de ser. Por ello me choca cualquier película que intente educarme y mostrarme la verdad. La educación no sirve si se toma al pie de la letra.

Recuerdo haber visto por primera vez Fight Club alrededor de los 20 años. Esta cinta me cambió la percepción del mundo. Sentí que era un elegido, que entendía las cosas diferente a los demás y que Tyler Durden era mi hermano mayor.

Empece a vestirme de manera diferente, a actuar con más soltura (tal vez una falsa soltura), a pensar que tenía que cambiar el pensamiento de la gente de mi alrededor. Soñé con tener mi propia banda de amigos para tomar acciones ante el sistema opresivo. Pero nunca encontré  mi banda de colegas, y la vida continuó y poco a poco fui olvidando Fight Club.

A la par que fui entrando y comprendiendo la sociedad en la que me desenvolvía, fui interesándome por historias más simples, de personas cómo yo, incapaces de enfrentar su mundo, débiles y defectuosas, infinitamente complejas.

Hace unos días al ver después de varios años Fight Club, me choco el sentido de la cinta. Me di cuenta que Tyler Durden no era un profeta sino un tirano que le decía a los espectadores que estaba bien y que mal.Me di cuenta que era tan moral cómo cualquier religioso que se ama tanto a sí mismo que tiene que hacer que otros le sigan en su enferma locura. Un republicano disfrazado de falso rebelde sin causa.

Suelen comparar a Fight Club con Rebelde sin causa, la verdad no veo por qué. Es verdad que en las dos películas hay una rebeldía contra lo establecido, pero James Dean ni siquiera sabe que hace, sabe que hay algo que va mal, pero no tiene ni idea de qué se trata, tan solo actúa incomprensiblemente. Tyler Durden sabe perfectamente contra quienes se revela, y toma acciones contra ellos, hasta el punto de crear un ejército con los mismos y ridículos rangos de la sociedad que combate, y es tan descarado que se autoproclama jefe. Impone reglas que se ha inventado y las aplica aún cuando esto signifique abolir la libertad de los demás.

Fight Club no tiene nada de atractivo para mí en este momento de mi vida. Creo que es una película para jóvenes en busca de rebeldía. Muchos me dirán que me hice viejo, que me dejé llevar por la maquinaria y el sistema. No me importa, no creo en personas que adoptan sus modelos de vida basados en éxitos de la FOX, y toman para sí frases dichas por el actor más vanidoso de Holliwood interpretando a un falso mecías del caos.
Notas de dirección.

David Fincher es un director efectivo. Lo siento más cercano a la publicidad o al vídeo que a la creación cinematográfica. Pero indudablemente es una persona que sabe del oficio. En fight Club, Fincher se adelanta un poco a su época y explora técnicas narrativas que se pondrán en boga poco tiempo después. El montaje rápido y trepidante, una historia confusa y llena de pequeños detalles de gran importancia, una búsqueda por sorprender al espectador, serán constantes en el cine de finales de los 90's y principios de la siguiente década.

El uso inteligente de a voz en off, el mensaje mesiánico de su cinta, la indiscutible creación de un personaje tan llamativo cómo es Tyler Durden y la capacidad para hilar historias confusas y con gran atractivo visual, es un mérito que lo ubica cómo uno de los buenos directores de EE.UU. 

Y sin embargo no me gusta. Tal vez no sea lo mejor ser tan subjetivo, pero siento su cine manipulador y finalmente insulso. Historias interesantes que no dicen nada más allá de la misma historia.



RocknRolla
De Guy Ritchie

Encuentro esta cinta bastante insulsa. tiene todo lo importante para ser una buena cinta: una historia interesante, compleja, un humor negro característico de Ritchie, una propuesta fotográfica y artística bastante rica. Y sin embargo no tiene absolutamente nada, es tan solo una buena historia, vacía de búsqueda de certezas. Una película taquillera aceptable que hace pasar 2 horas más o menos agradables. Una cinta que se deja ver, pero por la que indudablemente no gastaría una boleta, esperaría mejor a que la pusieran un domingo en la televisión.

¿Por qué siento esto? Por que en esta cinta era importante crear una dramaturgia interesante, o por lo menos atractiva, pero poco o nada importaba el tema a tratar, simplemente es una fórmula, una estructura muerta y repetitiva.  La realidad es que es una cinta que se produjo buscando respuesta en taquilla, es tan evidente cómo un elefante en el patio trasero. 

Por lo tanto me da pereza gastar mi tiempo hablando tonterías sobre una película esencialmente tonta.


Notas de dirección.

Al ver RocknRolla, siento que a Guy Ritchie le pasa lo que a muchos directores brillantes les ocurre cuando ya no tienen nada que decir: se suelen repetir hasta el aburrimiento. Esta cinta tiene todo lo que tenía Snatch, pero qué diferencia. En la anterior cinta, qué disfrute fue ir al cine, qué refrescante para su momento ver una comedia tan inteligente y rica en matices, tan fresca. Aún me gusta ver Snatch, me hace pasar dos horas de sumo placer.

Pero que fatigante es ver cómo un éxito puede matar a un autor. Siento que Ritchie se repite y repite buscando afanosamente la llave del éxito de Snatch, encasillado en lo que agrado en una época, encerrado en la mediocridad de la seguridad de una fórmula, incapaz de aceptar el cambio.









Tuvalu
De Veit Helmer.

Quiero decirlo aún cuando no sean las palabras más profesionales para definir un film, pero a veces el adjetivo más popular y simplón condensa lo que es una película mejor que cualquier profundo análisis: qué putería de film.

Tuvalu es una cinta tan rica visualmente, tan inteligente, tan innovadora (Increíble decir esto de una película que se basa en todas las técnicas usadas en el cine mudo), que no quedan muchas cosas por decir.

Esta cinta es en ejemplo muy fuerte de que para ser original e innovar, se puede recurrir a elementos propios del cine tan viejos como el cine mismo. Un buen gag es tan universal y atemporal que se pueden recurrir a ellos durante muchos años.

Tuvalu es un homenaje a lo que ha sido el cine, a las viejas épocas del cine mudo. Pero también sale de aquella corriente de rarezas como son Lynch y, Jarmusch, Aki Kaurismaki o Leo Carax.

Pero hay algo en Tuvalu diferente, será esa frescura, esa delicia, ese humor, no lo sé, pero siento el la rareza de Tuvalu algo muy bello y calmante, algo que hace que el tiempo de la exhibición se demore más de dos horas, que quede en la cabeza algunos días más de lo normal para una película.

Notas de dirección.

La puesta en escena de Tuvalu, alimentada directamente del cine mudo, representando las actuaciones con exageraciones y maquillajes fuertes, muestra el interés Helmer por explorar y adaptar o retomar de manera original diferentes técnicas narrativas que teníamos  olvidadas.

Tal vez el mayor valor estético de Tuvalu es este, el de revivir el pasado en presente sin pasar por ridículo u obsoleto. El lenguaje del arte no tiene tiempo, es tan solo un fluir de ideas que se retoman y transforman arbitrariamente.



                                                                              The Fourth Kind
De Olatunde Osunsanmi.

Cómo ha cambiado el género intermunicipal o cómo le dice una amigo: Género Rápido Ochoa. Hace 15 años, los pesados viajes a la costa eran acompañados por películas de serie B en las que karatecas o ninjas descuartizaban personas en orgías de hectolitros de salsa de tomate. ¿Dónde quedó todo este festín de malas y baratas cintas cargadas de absurda creatividad?

Recuerdo hace 10 años en un viaje a Santa Marta, ver por primera vez a Arnold Schwarzenegger hacerse pasar por réplica de James Bond en "Mentiras Verdaderas".  Desde ese día recuerdo ver en las flotas películas de acción o suspenso, de alto presupuesto y poca imaginación, que ya no pueden ser clasificadas de Serie B, porque están apoyadas por los grandes estudios, pero que son de calidad aún menor que estas.

Qué viajes tan aburridos tienen que soportar las personas aguantando este tipo de cintas que lo único atractivo que tienen es el rostro de un famoso actor actuando, o mejor, simulando personajes que recitan diálogos vaciós y evidentes intentando involucrar al espectador en tramas complejas y poco coherentes, salidas de la imaginación de mentes de insípidas de guionistas pegados con superwonder al libreto clásico de estructura aristotélica que dice que en la página 33 hay que hacer un punto de giro porque sino el espectador se aburrirá.

Por lo menos en las películas de Serie B se aprecian la inosencia de los bajos recursos, las actuaciones malas, porque los actores no fueron formados en aulas de escuelas sino en gimnasios baratos de artes marciales con un afiche de Bruce Lee en la pared, o los planos incoherentes, con una iluminación de baño público y un arte de materas en las paredes. Por lo menos hay una búsqueda intuitiva mucho más valiosa que los guiones de libros de receta de cómo hacer un Bluckbuster..

No, ahora tenemos que ver películas con planos "bellamente compuestos" historias complejas con recursos cinematográficos cómo el falso documental (Falsos documentales que no se cree nadie), grandes repartos, para terminar en películas tan vacías que enferman por su falta de espíritu, mas cercanas a la publicidad buscando efectividad en las emociones del espectador. Tan pasajeras y olvidables como un clásico Santa Fe vs Millonarios, de esos muchos que quedan 0 a 0.

The fourth Kind es de esas películas que hacen que mire el paisaje mientras viajo en flota a Medellín, esperando que termine la cinta para poder dormir cómodamente.

Notas de Dirección.

Olatunde Osunsanmi me recuerda a Noemí Sanín, creo que es uno de esos directores que tienen que dirigir pensando en qué es lo más efectivo para generar una u otra emoción en el espectador. De seguro que tiene mucha coherencia en lo que hace, que sabe qué representa tal plano o tal otro, que tiene el control de las cosas, y de seguro es un tipo muy profesional que nunca se sale de casillas y siempre está a tiempo en el set.

Y me recuerda a Noemí, porque todas estas cosas de seguro también las saben los hombres de su equipo técnico, y todo está tan controladito, tan bien hechecito, que está muerto. Nada en esta cinta tiene un ápice de riesgo. Nada aquí tiene algo de espíritu, y por lo tanto es tan buen director cómo lo puede ser un tarro de Shampoo. Sin riesgos, sin apostar a algo, entonces, ¿Qué se dirige? Por eso me recuerda a Noemí.




SOLO CONTRA TODOS
DE GASPAR NOE

Soy un ser amoral... ¡MENTIRA! Soy tan moral como cualquier otro, me escandalizo con facilidad ante miles de cosas que ocurren cerca o lejos de mí. Soy un ser moral, quiéralo o no. Hasta la misma afirmación de que soy un ser amoral guarda cierta moralidad, cierta dosis de falsa dignidad al llenarme la boca con una expresión tan pretensiosa. Por mi cabeza pasan un sin fin de imágenes juzgables moralmente: un hombre que llama despectivamente negro a otro, alguien que quiere matar a su empleador porque este le rechazó en el trabajo, alguien que hace a una mujer abortar su hijo a golpes en en el estómago, juzgar a un padre que se acuesta con su hija, así la ame y ella a él. Soy un tipo moral.

Gaspar Noe me hace ver lo moral, lo chichipato de mis opiniones, con tal crueldad que me hace sentir mal, que me da nauseas, que me atormenta. Tal vez yo pueda reprobar los actos que comete el protagonista de "Solo Contra Todos", pero de ningún modo los puedo juzgar, de ningún modo puedo decir que ese ser es asqueroso y repugnante por lo que hace, muy posiblemente y de manera aún más solapada, yo cometo peores actos que ante nuestra sociedad son vistos cómo faltas menores; pero aún así lo hago y no lo puedo evitar, me de asco ese personaje, me parece repugnante que se acueste con su hija, aún cuando él la ama más que cualquier otra persona en el mundo, lo odio por haber golpeado a su mujer hasta hacerle abortar ese hijo que de haber nacido sería seguramente la persona más simple y frustrada del mundo, lo detesto cómo inmigrante latino en Francia que fui, cuando por insultar a alguien le llama "Negro".

Y no puedo aceptar que ese hombre es así porque está enfermo, porque esta sociedad lo tiene enfermo, lo ha dañado y lo ha hecho infeliz. No logro entender que el amor que siente hacia su hija, puede ser puro y digno, en medio de su monstruosidad. Aquel hombre ha conocido el amor, y ello no es un delito. 

Gaspar Noe me da temor siento vértigo. Sé que estoy enfermo, cómo aquel pobre hombre, sé que a mi alrededor, todos estamos enfermos, todos cobijamos en nuestro interior los peores deseos, y nuestra moralidad lo único que hace es separarnos irremediablemente de lo evidente: no podemos juzgar a nadie porque no entendemos a nadie. Nacimos solos, vivimos solos y moriremos solos. Allá cada cual con su dolor. QUE BUENA PELÍCULA.


NOTAS DE DIRECCIÓN.

Es sorprendente ver una película en la con tan pocas y lentas escenas se puede llegar a un ritmo tan trepidante cómo lo logra Gaspar Noe en "Solo Contra Todos". Con recursos mínimos, con elementos básicos cómo una buena composición, una buena iluminación, un arte coherente, y una idea de los mil demonios en la que un hombre nos muestra su locura desde dentro, desde lo más profundo de su ser, desde sus pensamientos, desde el abismo que él es, Gaspar Noe, nos introduce en una película emocionante y supremamente inquietante, de aquellas en las que en la sala de cine se respira en el aire el silencio incómodo del público que no sabe que pensar ante lo que le muestran. La verdad no sé que decir.

En fin, está película hace uso de un montaje bastante singular, es la voz en off la que lleva adelante todo, Gaspar Noe, decidió desde un principio mostrarnos el mundo desde la mirada interior de un pobre diablo, para ello, desde que inicia nos metemos en su mundo, y no podremos salir de ahí hasta el último plano, cuando finalmente tenemos una vista diferente, un plano de una calle que no sale de la mirada de este personaje.

De quitar la voz en off, todo el ritmo de la película se perdería, ya pasaríamos a ver una cinta de Bela Tarr en la que las cosas ocurren y se miran cómo quien mira un avión a la distancia. La imagen se alimenta de muchas otras cosas más allá de la imagen misma, esta película es un claro ejemplo de ello. Es más bien un largo y delirante poema que pudo salir de la imaginación de Baudelaire, enriquecido por unas imágenes contemplativas y sorprendentes.




Fazal Sheikh.

Un poco tarde publico un cuento que me inspiró la visita a la exposición de Fazal Sheikh. Es tan sólo una pequeña reflexión sobre el pasado y sus fantasmas.





UNA NOCHE EN NINGÚN LUGAR.
Por:
Julio Barrera.

Es de noche, camino por mi barrio, tengo sed y deseo una cerveza. Entro a mi bar, dónde desde mi llegada tomo tales cantidades de líquido que me aseguran pago yo solo la luz del sitio. 


Extrañamente me encuentro a Dani, le pregunto sorprendido que hace en Colombia, él me dice que vino a despedirse de mí. Yo en mi dicha no lo puedo creer, así que le invito a tomar todo lo que quiera. 


Hay varias mujeres en el bar, que los dos morboseamos cómo solíamos hacer en BCN. Tanto tiempo ha pasado que ya he olvidado cómo se hace para sacar una sonrisa en una mujer desconocida. Dani continúa siendo un genio en aquel arte. Yo río, río a carcajadas. Algunas personas me preguntan de dónde ha salido aquel español tan simpático, extrañamente soy consciente por un momento y confieso que de mis sueños.


Dani me mira cómo quien sabe exactamente qué es lo que digo mientras habla con una de aquellas colombianas que él nunca imaginó que existieran.  En BCN  todos creen que en nuestro país usamos tabarrabos. Españoles ignorantes. Españoles Chalados, no tienen ni idea qué hay  afuera, aislados en su pequeña burbuja del primer mundo que se llama Europa.


Y sin embargo esta noche Dani experimenta un país del tercer mundo, y es feliz, y yo estoy aún más feliz: tantas veces le hable de este infierno que ahora mientras lo vive, no puedo creer que lo disfrute.
Pero la noche sigue su rumbo, y ya es tarde. 


Estoy cansado, tantas mujeres bellas me angustian, no sé por qué. Me acerco a Dani y me despido. Él me dice que ha sido muy hermoso conocer mi país; me dice que ya nonos veremos nunca más. Yo lo abrazo, sé que es verdad.


Regreso a mi casa, pensando en todo aquel pasado que tuvimos en BCN. Tengo ganas de llorar pero estoy seco del cansancio. Las calles nublosas de mi barrio esconden una ciudad que se construye con todas la ciudades en las que he habitado.
 * Fotos de Erick Riegel   erickriegel.com




Koyaanisqatsi
de Godfrey Reggio.

No tengo cómo enfrentar la crítica de Koyaanisqatsi. Llevo varios intentos y tan solo escribo palabras insulsas intentando decir qué lo que más me gusta de este documental es que no hay palabras. Nuestras verboreas nos alejan más que acercarnos de la verdad. Tan sólo las imágenes y la música nos acercan a ese misterio que es Dios. Y ¿Qué es Dios? No lo sé, ni siquiera sé si existe, hablo mucha mierda intentando que los demás me oigan en vez de escucharme a mí mismo. Creo que Bach o Miguel Angel la tenían clara e intuían el sentido de ese misterio ese misterio.

Vi esta cine hace más de 15 años en los antiguos cine clubs que existían en Bogotá. Recuerdo que era tanta la impresión que en algunas escenas me movía en el cine, cómo empujado por las imágenes, y a la salida veía las luces de la ciudad más vivas que antes.

Pocas películas duran en nuestra memoria más de un mes, si una película dura en la memoria de alguien más de 15 años, es porque impacta. Esta cinta tiene la cualidad de dejar en la mente de quienes la miran una serie de imágenes difíciles de olvidar, o por lo menos transformables (Siempre recordaré la máquina con el número 6, aunque mi memoria la deformó y en mi recuerdo era un 666). El acto casi ritual de repetir constantemente una frase musical, y esto sumarlo a una serie de imágenes de lo más hermosas y chocantes en un ritmo entremezclado con la música, tal vez afectan de cierta manera al espectador.

Uff, la verdad es que hoy no tengo cómo decir lo que siento y escribo a las patadas sin ser claro. Esta cinta me encanta, me impresiona y me hace ver a las personas a mi alrededor cómo seres vivos y no cómo muñecos de mi imaginación. Ahora, no tengo idea cómo es posible que eso ocurra y me siento idiota al tratar de expresarlo. 

Notas de dirección.

Dice el chisme, y todo chisme se riega voz a voz, que el director de Koyaanisqatsi guardo silencio 5 largos años. Que paradójica es la vida. De ser verdad o no el chisme, por lo menos el lograr una película de estas cualidades, con este derroche de creatividad sin decir una sola palabra, es un logro absolutamente maravilloso. Me quedan preguntas de cómo fue posible el que unificaran conceptos con Philip Glass, compositor de música. ¿Qué habrá sido primero? ¿el montaje de imágenes o la composición musical? ¿El huevo o la gallina? Ese chisme no me la han contado.




Coffee and Cigarettes
de Jim Jarmusch.

Estoy en casa, a mi lado un par de amigos hablan de artes marciales, conversan sobre lo aburridas que son las nuevas pelis de este género en las que reina el cable por el que vuelan los actores. Ahora no sé por qué hablan de ninjas, ninjas de colores. Mi amigo dice que un director llenaba escenas con cuadros de otras películas, el otro dice que llenaban planos con imágenes de katas, ahora hablan de la sangre, y esto les ha llevado a los zombies, dicen que el placer más grande es matar zombies con escopeta. Ahora hablan de heelraiser, dicen que la quinta versión es la mejor, pero uno de los dos defiende a capa y espada la primera, el continúa defiendiendo la quinta. Ahora el tema ha variado a el dinero que han ganado haciendo esa peli y esto los ha llevado a los Beatles, que hacían buena música y ganaron mucho dinero, esto los lleva a Stephen King que vende los derechos de las pelis con facilidad, y esto los llevo a una peli de zombies y ahora regresaron a otra peli de terror que no alcance a escuchar de que era pero ahora esto los a llevado a Naked Lunch de William Burroughs y ahora dicen que el gran legado de sus vidas es la serie b. Pero se han ido, he estado tan concentrado tratando de escribir lo que hablan que han decidido partir.

Esta conversación y yo escribiendo, puede ser fácilmente una escena de Café y Cigarrillos, porque esto es lo que compone el esencialmente el cine de Jarmucsh: el lenguaje y la comunicación. Todos los cortos que componen esta cinta, que hacen parte del legado de su vida cómo cineasta a lo largo de 15 años de cine, nos muestran personas que por más que hablen no se comunican, o tal vez comuniquen cosas más profundas que el mismo significado de la palabra, porque para que negarlo, la palabra es un engaño y nos aleja más de lo que nos acerca. Aunque en Jarmusch acerca, pero acerca de una manera atípica, acerca porque de algún modo, aún en nuestro parloteo sin fin, tenemos que sentir que alguien nos oye, así no le oigamos, y paradójicamente nos acompañamos.

Ahora me siento sólo sin mis amigos. Me he quedado escribiendo ante el computador añorando esas conversaciones insulsas que le dan sabor a la vida.


Notas de dirección.

Un amigo dice que Jim Jarmusch es un parche. ¡Qué gran definición! ¿Cómo explicar que es un parche? Bueno, que es agradable de ver, que es un bacán, que es una chimba, que es un gran tipo. Que se pasa bueno viendo a Jarmusch. Sin ponerle mucho misterio, Jarmusch es uno de los autores mas agradables de ver, y esto no le quita para nada profundidad, sus reflexiones sobre el lenguaje, sobre la soledad, sobre la amistad son tan profundos como podrían ser las reflexiones de Bergmann o Cassavettes. Pero Jarmusch cuenta las cosas cómo solo un gringo puede hacerlo: con descaro, con humor, con irreverencia, con frescura.

Si hay algo válido en el cine de Jarmusch, es que la cotidianidad toma un valor único, puede ser muy intelectual, cómo el hablar de las óperas de Mahler, o puede ser estúpida, cómo si Elvis tuvo o no un hermano gemelo. Lo importante no es el hecho de decir algo que tenga o no un valor intelectual, lo importante es decirlo, cómo decirlo y cuál es la respuesta a ello, además de cómo todo lo que se dice de algún modo está supeditado al espacio en que estamos y con quien estamos: no somos los mismos en el comedor con nuestras familias a cómo somos con nuestros amigos en nuestras habitaciones. Nuestro lenguaje es diferente, nuestro actuar es diferente, nuestra manera de ser varía. Uno es uno y sus situaciones.

Jarmusch explora con sumo placer las facetas de las personas normales, en situaciones normales, y al hacerlo vuelve una conversación de lo más estúpida cómo una cita odontológica, una reflexión sobre la comunicación, sin hacernos dejar de reír un solo instante. Eso es algo increíble, casi un milagro.

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